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Plantas de celulosa

Condenados a Botnia perpetua

Gerardo Honty

 

El Uruguay se ha comprado un problema para los próximos 40 años. Más allá de quien cometió el pecado original –si se violó o no el tratado del río Uruguay- y quien tenga la razón jurídica –si es que hay una única razón jurídica en esto- es a todas luces evidente que la estrategia uruguaya no funcionó. Juntar cien mil personas a las puertas de un puente que está a veinte kilómetros de la ciudad más cercana no parece una causa de unos pocos asambleístas radicales, sino algo con más consenso social.

Las razones que llevan a cada una de estas personas a manifestarse pueden ser difusas, contradictorias y en algunos casos hasta espúrias. Pero nadie puede dudar que la mayoría de esa gente va convencida que la planta de celulosa de Botnia va a tener efectos negativos sobre el río Uruguay y el ambiente cercano. Quizá no actúen "razonablemente", quizá actúen por unos miedos irracionales que no tienen ningún sustento real. Pero eso ya no importa. Lo que importa es que están íntimamente convencidos de eso. No si tienen o no tienen razón.

Y este es un punto que los administradores ambientales no terminan de entender: los conflictos ambientales son conflictos sociales, ni más ni menos, con todas las variables, sentimientos, sesgos políticos, filosóficos y demás que tiene todo conflicto social. No hay ningún estudio de impacto ambiental que pueda con eso, por más científicos independientes y sabios que trabajen en él. Y vale la pena recordar que esa desconfianza de la gente no nació de un repollo: está sustentada en una enorme cantidad de errores anteriores en los que la tecnología y la ciencia han causado desastres ambientales en todo el mundo.

El conflicto es social. Y este conflicto –a esta altura- no lo arregla La Haya, ni los presidentes, ni el rey de España con todo el concilio vaticano atrás. Uruguay se compró un problema para los próximos 40 años porque no habrá manera de convencer a los entrerrianos que Botnia no contamina el río Uruguay. Primero porque es iluso pensar que una fábrica de este tipo va a funcionar perfectamente cada día a lo largo de 40 años. Va a haber problemas, va a haber derrames y emisiones, y cada vez que ello ocurra la gente de Gualeguaychú va a llegar al puente a cobrarle la cuenta a los uruguayos. Y si el presidente argentino no se anima a sacar a la gente de los puentes hoy, cuando aún no ha pasado nada, mucho menos los va a sacar cuando los problemas aparezcan.

(Abro un paréntesis. Todavía hay gente que cree que los problemas no van a aparecer porque la planta es perfecta y va a estar bien controlada. Entre ellos varias autoridades nacionales. Es muy arriesgado sostener que esta planta no va a contaminar. Puede afirmarse que se hará todo lo posible para que no pase. Pero nada más. La única razón por la que un funcionario público puede salir a decir que esta fábrica no va a contaminar es porque sabe que nadie le va a ir a cobrar la cuenta cuando esto pase. Si realmente quieren transmitir a la gente su auténtico convencimiento de que esto no va a ocurrir, deberían tener un gesto a la altura. Por ejemplo firmar un documento en el que se hagan responsables con sus bienes personales de las compensaciones por daños ambientales que origine esta planta. Pero no lo harán, ni siquiera se lo podrían proponer como ejercicio teórico porque es a todas luces evidente que nadie en su sano juicio puede firmar un documento de este tipo ante ninguna industria de este tenor. Sin embargo lo afirman porque están apostando con plata ajena. El río Uruguay no tiene dueño y es de todos. Así cualquiera juega. Cierro el paréntesis.)

El segundo problema, es que aunque ocurra un milagro y esta planta no tenga ningún percance en sus 40 años esperados de vida, el río Uruguay está y estará cargado de contaminantes que vienen de las otras industrias –de ésta y de la otra orilla- de los agroquímicos–de ésta y de la otra orilla- y de las ciudades –idem-. ¿Alguien me puede explicar como van a convencer a los entrerrianos de que aquellos niveles de tales o cuales contaminantes que aparecerán en el río en los próximos 40 años no provienen de Botnia?

Nada los va a convencer. Por esto afirmo que Uruguay se compró un problema para los próximos 40 años. Porque le erró en la elaboración de todos los escenarios futuros, no supo distinguir entre un conflicto social y un debate ambiental, no quiso darse cuenta que esto no era un grupo marginal de piqueteros y finalmente quiso jugar a ser el macho de la película. Y esto puede funcionar en el boliche donde lo único que uno arriesga es a que le rompan el lomo a palos. Pero no puede funcionar, nunca va a tener un buen resultado, cuando se trata de arreglar un conflicto con un vecino que va a estar de por vida en la casa de al lado. Y sobre todo con un vecino que a uno le importa porque en aquella casa viven varios parientes.

 

Publicado en La Diaria, 3 de mayo de 2007. Se reproduce en nuestro sitio únicamente con fines informativos y educativos.



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